4.9

Domestik

Roman tiene una obsesión: la bici. Para recuperarse de una lesión, trabaja duro, se somete a un régimen estricto e incluso ha instalado una carpa de oxígeno donde duerme cada noche, mientras su mujer, Šarlota, insiste en que tengan un hijo. Los dos someterán sus cuerpos a todo tipo de experimentos, convirtiendo así Domestik en una declinación del body horror en clave psicológica.
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