No me toques el pito que me irrito
El profesor Casimiro Berga, afamado sexólogo, llega a su consulta completamente abatido, derrotado, nervioso. Momentos antes le hemos visto abandonar su hogar, después de una noche llena de erotismo, ansiedad, morbo y…¡nada! Su joven y buena esposa, después de “alentarle” con sus bellos encantos personales, le dice que no.
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