6.1

No te mueras sin decirme adónde vas

Leopoldo trabaja como proyeccionista en un cine en Buenos Aires. Lleva años intentado construir una máquina capaz de grabar los sueños humanos. Un día consigue grabar un sueño, en el que se enamora de una mujer que vivió 110 años antes. Poco después, conoce a esa mujer en la puerta del cine en el que trabaja. Se llama Raquel, y dice que ambos llevan años reencarnándose y convirtiéndose en amantes. Leopoldo no consigue recordar nada de Raquel, pero ambos se enamoran. El problema surge cuando Raquel se confiesa harta de reencarnaciones, y desea permanecer muerta de una vez por todas. Leopoldo, en cambio, tiene un miedo atroz a la muerte...
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