Quien Guarda Siempre Tiene
Celia, que ya roza la veintena, no quiere admitir que está muy distanciada de su infancia. Pero cuando llega al chalet para cuidar de su yaya y todo le recuerda a su niñez se ve obligada a aceptarlo y a abrazar a Lola y a la Celia de 8 años con los brazos bien abiertos acompañada de la fotografía.
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