6.1

Serodiscordantes

Un virus nunca es bienvenido. Pero si llega, es mejor hacerle sitio. Consumido por la culpa, Miguel ha estado intentando mantener a Evaristo a salvo y sin reocupaciones lo mejor que pudo, pero supo que no podía esconderlo más cuando oscuros pensamientos empezaron a invadir sus sueños. Buscando la ayuda mística de un péndulo, ambos amantes entran en un peligroso juego de preguntas que les revelará su intimidad más indeseable. En un día pasarán juntos desde el miedo a la enfermedad, la sutil perdida de la inocencia y la complicidad que surge de la verdad profunda.
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